Puede que no todos los amigos de la Parroquia conozcáis esta historia de solidaridad que surgió, como tantas veces, en torno a la misión que Antonio y Ana han realizado en Ecuador en los últimos años.
En el año 2007, durante una de sus visitas a nuestra Parroquia, abordando las distintas problemáticas de los niños que tenían recogidos en el Hogar de Belén, nos hablaron de cuatro hermanos que habían quedado huérfanos de padre y madre. Nos interesamos por ellos y nos propusimos echarles una mano.
Asesorados por ellos y por nuestro párroco decidimos enviarles mensualmente una cantidad que cubriera sus necesidades básicas. En principio, se hizo cargo de ellos una tía empleada en una fábrica, pero al poco tiempo tuvo que dejar el trabajo porque se quedó embarazada.
Antonio y Ana les hicieron un préstamo para que se compraran una vivienda que debían devolver ellos a razón de 15 euros mensuales – cantidad que les detraerían de nuestro envío-, por lo que nos planteamos incluir en el proyecto a otros colaboradores con el fin de cubrir este gasto.
Desde entonces, cuatro personas de nuestra parroquia juntamos una cantidad superior a la estipulada y la entregamos a Melitón para que se la transfiera con instrucciones de que el exceso sea para el Hogar de Belén.
En varias ocasiones nos han dado noticias de la evolución positiva de los muchachos tutelados por ellos y de cómo iban empleando lo que recibían. Os adjuntamos unas fotografías de antes y de ahora, además de una carta reciente. Ya hay uno independizado, el mayor, que ejerce la tutela más directa actualmente.