Presentación

Hace ya algunos años, con motivo de la celebración del 75 aniversario de la Parroquia, recibimos la visita de los misioneros que pusieron todo un poco patas arriba (en el mejor sentido) y, entre otras cosas, supusieron el acicate para la creación del coro. En aquel momento, se echaron para alante Gabi, José Ignacio, Lina, Rosa, Juan, Esperanza y la Hermana Carmen.





Como veis, éramos poquitos y sólo teníamos nuestras voces y una gran ilusión. Nuestro objetivo era animar la Eucaristía de los domingos y nos movía el espíritu del salmo 149,

"Cantad al Señor un cántico nuevo, 
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles; 
alabad su nombre con danzas, 
cantadle con tambores y cítaras"
 Después el grupo se fue ampliando. Un gran paso se dio gracias a la llegada de la Hermana Inmaculada.
Con ella llegaron también las guitarras, la caja, la pandereta…

En la actualidad somos en torno a quince. Es evidente que no tenemos grandes voces ni somos profesionales de la música, pero nuestro objetivo no es lucirnos musicalmente. El Concilio Vaticano II nos dice que el canto en la Iglesia es parte necesaria e integral del culto. Por eso el objetivo del coro es realizar un servicio pastoral a través de la animación litúrgica. Queremos que la Comunidad, cada domingo, una sus voces a nuestros cantos, porque entendemos que se trata de un acto de comunión plena que nos permite unir en una sola voz nuestra oración y alabanza a Dios, haciendo que la Eucarística sea un celebrar gozoso y festivo de nuestro encuentro con Cristo y con nuestros hermanos.

Por esta razón, por ejemplo, es muy frecuente que distribuyamos los cantos entre la asamblea y que los repitamos durante semanas, porque no queremos que nadie se sienta excluido, sino que participe el mayor número posible de hermanos y hermanas.

Todas las semanas dedicamos un tiempo (viernes de 18 h. a 19 h. en el salón parroquial y domingos de 11.15 h. a 12 h. en la iglesia) para ensayar la misa de 12 y otros momentos importantes de la liturgia. Cantamos para despertar las piedras en que se han convertido nuestros corazones. Cantamos para hacer pensar lo que Dios Padre espera de cada uno. Cantamos para sembrar la semilla del Espíritu. Cantamos para ser cauces que hagan cercano el Mensaje de Él. Cantamos para no desvincularnos jamás de Dios. Si quieres unirte a nosotros, contamos contigo.