DOMINGO VIII DEL TIEMPO ORDINARIO –C-

 De andar por casa:

         ¿Te has dado cuenta que las personas más ignorantes son las que más voces dan y las que pontifican dando por única verdad la estupidez que predican? Por algo dice el libro de los proverbios que es más peligroso encontrarse un ignorante empecinado en su ignorancia que una osa a la que le quitan su osezno (prov. 17,12)

 EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Lucas. Lc 6, 39-45

De lo que rebosa el corazón habla la boca

EN aquel tiempo, dijo Jesús a los discípulos una parábola:
    «¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? No está el discípulo sobre su maestro, si bien, cuando termine su aprendizaje, será como su maestro. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Hermano, déjame que te saque la mota del ojo”, sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano.
Pues no hay árbol bueno que dé fruto malo, ni árbol malo que dé fruto bueno; por ello, cada árbol se conoce por su fruto; porque no se recogen higos de las zarzas, ni se vendimian racimos de los espinos.
El hombre bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el bien, y el que es malo, de la maldad saca el mal; porque de lo que rebosa el corazón habla la boca».
Palabra del Señor.

 REFLEXIÓN

                 En el evangelio de hoy, Jesús nos da unas pistas para poder conducirnos con cautela y no dejarnos influenciar por cualquiera que se levanta enarbolando la posesión de la verdad.

            El dicho de Jesús tiene una actualidad extraordinaria: «¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego?” Pues muchos ciegos ignorantes y mentirosos se levantan como propietarios de la verdad,  induciendo a otros muchos a negar incluso lo evidente.

             Así ocurre, pues no hay nada más atrevido que la ignorancia y lógicamente, quien se deja conducir por un ignorante, está abocado a la ruina, pues lo único que hace éste, es levantar chismes tergiversar la verdad y montar conflictos, pues su boca es un instrumento de maldad y quien se deja conducir por un ignorante mentiroso, lo único que puede esperar es precipitarse a la ruina y hundirse con él.

            Es importante que nos detengamos en este aspecto que nos alerta Jesús, ya que suele ser la causa de la perdición de mucha gente y, desgraciadamente, el momento que vivimos no está, precisamente, dirigido por personajes inteligentes, honrados y sagaces, sino todo lo contrario: en sus vidas estamos viendo que los frutos que aparecen son el odio, la mentira, la extorsión, la manipulación del lenguaje, de la realidad, de las relaciones y consideran que la paz, el sentido común, la coherencia y la honradez… son valores trasnochados y caducos que significan un atraso sostenerlos.

            Tenemos un ejemplo clarísimo de todo lo que venimos diciendo: justamente en estos días, en que la avaricia y el ansia desmedida de poder no dudan en precipitar al mundo en una guerra sin importarle las consecuencias que pueda acarrear.