Como sabéis, se han retomado los encuentros de la Escuela de Formación Permanente de la Parroquia, en torno este año al estudio del libro del Apocalipsis. Este pasado miércoles tuvieron la primera reunión y nos han enviado esta breve reseña al respecto. Recordad que puede incorporarse cualquier persona, sea o no de la Parroquia.
Nos preparamos a descubrir el misterio. El pasado miércoles, en la escuela de formación, hemos empezado a mirar este libro de la Biblia desde una óptica adecuada, para entenderlo con las claves en que fue escrito, sabiendo a quienes se dirigía y con qué fin. Y nos hemos quedado con ganas, porque se presenta más que interesante, ya que, lejos de catástrofes y cataclismos, resulta ser un canto a la esperanza.
Tras la presentación, se nos ocurría una comparación: un pintor de cierto renombre, en un paréntesis de relax y divertimento, hace varios cuadros abstractos combinando formas y colores sin más. Incorporados a una exposición, un amigo suyo, que conoce el asunto, se sienta cerca de los mismos y va escuchando lo que los críticos y aficionados “van descubriendo” en esas obras. Y, como suele, la ignorancia es atrevida y da lugar a verdaderas barbaridades.
Pues algo parecido ha venido ocurriendo cuando las personas se han acercado al Apocalipsis desde su propia subjetividad, tratando de descifrar lo que en él se dice y a buscarle su cumplimiento en la historia: una multitud de interpretaciones sin ningún fundamento y cada cuál más disparatada.
Como ejemplo, Melitón hacía referencia a alguien que, desde fuera y por referencias de terceros, pretendiera contar la historia de nuestra familia. El resultado, muy poco o nada tendría que ver con la realidad.
El que quiera acercarse al conocimiento de este libro que muchos hemos renunciado a leer porque nos resultaba dificultoso, puede aprovechar la oportunidad y unirse a nosotros. Los miércoles a las 7,30.