Nos envía nuestra amiga Mª Carmen Illana una reflexión sobre el terremoto de Lorca. En el fondo lo que ha hecho es ponerle palabra al sentimiento que tanta gente llevamos: da la sensación de que el planeta se siente agredido por todo el daño que estamos haciendo.
¿SERÁ, ACASO?
Tiembla la Tierra, Señor.¡Otra vez el número once! Pero ahora ha tocado aquí y duele de una forma especial. Es como si esta vez fuera de verdad. Antes, también.
En este mundo de globalización, injusticia, rivalidad, competencia…; en donde el pez grande se come al chico, pero primero lo explota y lo revienta…; en donde todo parece perdido, sin posible solución ni vuelta atrás…; en donde el vértigo, las prisas, el tener, el poder, la prepotencia, la sobredosis de todo y la carencia de nada, en algo menos del veinte por ciento de la población mundial, mantiene sumergido en la más absoluta y absurda sobredosis de hambre y de carencia de todo, al insignificante y mudo ochenta y tantos por ciento restante…, parece que algo está reventando muy dentro de sus entrañas.
¿Será, acaso, que este mundo tan maltratado por sus moradores se estremece, sufre y anda seriamente protestando?
¿Será, acaso, que nos enseña que, en tan solo unos minutos, el poder es impotencia y el tener no vale nada?
¿Será, acaso, que nos muestra que en el dolor es donde el hombre con el hombre se encuentra, abraza, ayuda y respeta?
En este día, tan desolado, tan doloroso y tan plagado de temor, te pido, Padre misericordioso, que derrames todo Tu Amor sobre la ciudad de Lorca.
Nadie comprende, ni desea una catástrofe. Pero el cristiano la afronta por la fecundidad de la Cruz y la llena de Resurrección.
11 de mayo de 2011