Querido Melitón:
Hoy queremos felicitarte por tus 37 años de sacerdocio.
Hace tiempo escribías esto a un grupo de jóvenes que se iban a ordenar como sacerdotes y a quiénes los habías acompañado durante varios años en su formación:
“A partir de ahora comienza una etapa nueva, un camino fascinante que va a cambiar por entero vuestras vidas para convertirlas en fuerza de los débiles, riqueza de los pobres, apoyo de los necesitados.
A partir de ahora no os pertenecéis, sois una especie de bien público y vuestras vidas solo tienen sentido gastadas en beneficio de los demás”
Estas palabras explican cómo entiendes tu vida como sacerdote: una vida gastada en servicio a los demás. No tienes muchas cosas materiales para darnos pero nos das lo mejor que tienes TU VIDA Y TU AMOR A CRISTO Y A SU IGLESIA. Ahora que el sacerdocio está tan vapuleado queremos darte las gracias por ser nuestro pastor y acompañarnos en esta tarea común de construir el Reino de Dios en la tierra. En este nuevo aniversario volvemos a decirte que estamos a tu lado para lo que nos necesites y que nunca te sientas solo porque te queremos.
Que Dios te bendiga y te acompañe siempre.