El sábado 8 de marzo, fallecía Manolo Valenzuela Bruque, sacerdote y amigo, muy querido en nuestra parroquia y a la que él estimaba de corazón. Pedimos al Señor que le conceda un sitio cerca de Él porque de una manera silenciosa hizo vida las palabras del evangelio: Entonces dirá el rey a los de su derecha: "Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme”. (Mt 25 34-35).
Manolo, como quería que le llamáramos, paseaba en las noches de invierno por las calles de Linares ofreciendo a los sin techo café y leche caliente. Conocía perfectamente, el sitio donde se guarecía cada uno de ellos. También se adentraba en las zonas más pobres de su barrio, por el camino de Mansegosas o por el Cerro a visitar a familias muy empobrecidas, para proporcionarles enseres domésticos, ropa, alimentación... Cuando iba por esas calles los chiquillos salían a saludarlo y se le agarraban a sus piernas "!!Manolo, Manolo!!". Iba a bloques donde, a veces, ni la policía entraba, con riesgo para su integridad, intentando poner paz en peleas familiares y de vecinos. Su parroquia, Santa Bárbara, estuvo abierta a todo el mundo.
Manolo Valenzuela, era iglesia en salida en estado puro, real. Organizó campamentos de Cáritas en verano, en Navidades para los niños mas desfavorecidos de Linares. A pesar de tener la vista muy delicada, no escatimó nunca esfuerzos, trabajo, entrega.
Puesto a prueba en la enfermedad, se mantuvo fiel, alegre, siempre con ganas de emprender acciones dentro de la iglesia. Su último deseo era desarrollar toda la Pastoral de los discapacitados en la Diócesis.
Recordamos unas palabras que nos dijo cuando le plantearon que tenían que hacerle trasplante de pulmones "le pido a Lolo que como él nunca pierda la sonrisa en la enfermedad, por muy dura que sea".
Manolo, fue un gran desconocido para muchos, pero para los que tuvimos la suerte de tenerlo como amigo damos gracias infinitas a Dios por ponerlo en nuestro camino.
Como dice San Pablo a Timoteo también nuestro amigo Manolo Valenzuela "Ha combatido el noble combate, ha acabado la carrera, ha conservado la fe. Por lo demás, le está reservada la corona de la justicia, que el Señor, juez justo, le dará en aquel día; y no solo a él, sino también a todos los que hayan aguardado con amor su manifestación". (2 Tim 4 7-8).
Descansa en la paz del Señor e intercede por nosotros, por la iglesia en Linares, por tu ciudad, a la que tanto querías. Siempre estarás en nuestro corazón.