Semblanza a Don Pedro Agudo

Continuando con nuestro homenaje a Don Pedro, os dejamos aquí el poema que José Ignacio le ha dedicado.

SEMBLANZA A
DON PEDRO AGUDO

Su sonrisa permanente,
la mirada serena,
y la vida abrazada 
al amor que Cristo regala,
a toda persona
que en el corazón le lleva.

Ese era Don Pedro Agudo,
sacerdote siempre visto
con paso firme y seguro,
gozando en vida a Cristo.

Mensajero de la esperanza,
rociador de la esencia,
fiel testigo de la herencia
que con Cristo se alcanza.

Gran sembrador de paz,
amigo bueno tan capaz,
que en su viaje tenía previsto
el bello encuentro final:
quitar los clavos, y bajar
de la cruz al mismo Cristo.

Y al mismo cielo
se fue de un salto.
Y su vuelo es tan alto
que, al llegar,
nada más verlo,
“seguro, lo visten santo”.

En la tierra deja llanto:
¿No oyes su mensaje tierno?

¡No temáis tanto, 
vivo en amor eterno!
¡Vuestras penas,
aquí espanto!


¿Y con Pablo ...?
San Pablo le gustaba nombrar,
al narrar su entrevista
en la Hoja dominical

Y a María, ¡cómo la amaba!
A la madre de Dios,
su consuelo entregaba: 
con sus dulces versos,
con sus tiernas palabras,
con sus largos silencios,
con su miraba le oraba.

Con sus grandes encuentros
cada día le rezaba
¡La Madre, ya no está sola,
Don Pedro la acompaña!

Y desde esta Parroquia,
San José, nombrada,
te agradecemos
lo que nos has dejado:
un bello ejemplo,
un corazón cansado
de tanto amor devuelto.
¡De Cristo lo habías tomado!
Y esparramado por el pueblo
que hoy, aquí, te rezamos,
y te devolvemos… 
sólo un poco de lo entregado
envuelto en un
¡Aún te amamos!

Gracias Don Pedro.
Nos veremos en otro lado.

José Ignacio Malpica
Linares, 13 de Julio de 2014