Una historia de solidaridad

Puede que no todos los amigos de la Parroquia conozcáis esta historia de solidaridad que surgió, como tantas veces, en torno a la misión que Antonio y Ana han realizado en Ecuador en los últimos años.

En el año 2007, durante una de sus visitas a nuestra Parroquia, abordando las distintas problemáticas de los niños que tenían recogidos en el Hogar de Belén, nos hablaron de cuatro hermanos que habían quedado huérfanos de padre y madre. Nos interesamos por ellos y nos propusimos echarles una mano. 

Asesorados por ellos y por nuestro párroco decidimos enviarles mensualmente una cantidad que cubriera sus necesidades básicas. En principio, se hizo cargo de ellos una tía empleada en una fábrica, pero al poco tiempo tuvo que dejar el trabajo porque se quedó embarazada. 

Antonio y Ana les hicieron un préstamo para que se compraran una vivienda que debían devolver ellos a razón de 15 euros mensuales – cantidad que les detraerían de nuestro envío-, por lo que nos planteamos incluir en el proyecto a otros colaboradores con el fin de cubrir este gasto. 

Desde entonces, cuatro personas de nuestra parroquia juntamos una cantidad superior a la estipulada y la entregamos a Melitón para que se la transfiera con instrucciones de que el exceso sea para el Hogar de Belén.

En varias ocasiones nos han dado noticias de la evolución positiva de los muchachos tutelados por ellos y de cómo iban empleando lo que recibían. Os adjuntamos unas fotografías de antes y de ahora, además de una carta reciente. Ya hay uno independizado, el mayor, que ejerce la tutela más directa actualmente.

Homenaje a la Madre en el Triduo de la Virgen de la Consolación

El domingo pasado terminamos el Triduo a la Virgen de la Consolación, y Luis Enrique se marcó una acción de gracias que merecía la pena compartir con todos en el blog.

Cuando uno se detiene y reflexiona sobre la figura de la Virgen, de la Madre, de cada una de nuestras madres, desde un principio hasta el final del pensamiento la palabra central que gira en torno al mismo, es el “amor”.

Que grande fue Ella y que grandes sois todas vosotras que dais la vida a este mundo. Sin vosotras nada sería posible.

Sin Ella, nada hubiera sido posible, porque Dios no hubiera nacido, no hubiera sido uno de nosotros, a imagen y semejanza nuestra, por mucho Dios que fuera.

Sin embargo, decidió ser uno de nosotros y escogió a su madre para que le diera la vida, y todo lo que representa ese acto. Vosotras, madres, que dais la vida, dais el gesto de amor más grande que se puede dar en este mundo: ninguno puede superar esta expresión de amor. Por eso Dios tenia que nacer de mujer, de su madre, ”EL AMOR CONCEBIDO POR EL AMOR”. Pero no sólo dais la vida y ya está: estáis dando ese amor a vuestros hijos hasta el final, sin decir ni pedir nada a cambio, con piedras en el camino o con lo que sea, vosotras estáis ahí. Ella estuvo ahí hasta el final, incluso viendo a su hijo morir.

Me imagino que os ponéis sin dificultad en su lugar: ¡PERDER A LO MÁS QUERIDO! sin saber por qué, sin hacer nada, sólo por decir ”AMAOS UNOS A LOS OTROS”.

¡AMOR! es lo que nos dais desde el momento de nuestra concepción, sin ni siquiera saber como somos, o como seremos.

Por eso os decimos madres que sois lo más bonito de este mundo, ¡QUE LA QUEREMOS Y OS QUEREMOS CON TODA NUESTRA ALMA!, y como Ella y como vosotras ninguna.

¡Viva la Virgen de la Consolación!

Más noticias de la familia de Jessa


Como sabéis, nuestra amiga Inma Virseda nos ha tenido al día sobre la situación dramática de una familia con una niña recién nacida que está tratando en su nuevo destino en Filipinas. Meses atrás, algunos miembros de la Parroquia echaron una mano a esta familia, y hoy por hoy, la situación ha mejorado bastante. Inma nos manda nuevas fotos, que compartimos con vosotros aquí.